En el Reino de los cielos
Lagrimea el gran Rey
por su obra e imagen maldita
y a sus pies de barro
la histérica Papisa
se enjuga sus negras lágrimas
¡ maldice a tu niño en brazos!
- le digo-
deja de esconderte en la impúdica sombra
sentada a tu derecha
ya que no buscamos la tiranía del Paraíso
¡ somos los clavos de tus estigmas!
Los mismos escupos
Los mismos latigazos
Los que pronunciamos tu sentencia a viva voz
Y que sonreímos con tu agonía
Somos los mismos de siempre
La imagen y sombra de un eunuco travestido
Que se masturba fantaseando
con nuestros pecados conocidos